Todo vuelve a la normalidad y a la rutina cuando ciertas "costumbres" vuelven a mi día a día. Una de ellas son mis entrenamientos nocturnos y fríos en el polígono a horas intempestivas.
Eso significa dos cosas, la primera que ya han empezado los entrenes de verdad y la segunda que ya no hay marcha atrás.
Ganas tenía de ponerme en serio y empezar a hacer sonar la patata. A partir de ya, 6 meses hasta Ironman Copenague.
Buenas noches.
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