Se acabó lo bueno. Ya pasado el ironman de Frankfurt y creo que con nota con mis 9h46' y mejorando significativamente mi mejor registro. De esto ya hablare más detenidamente en otra entrada con la crónica. También han pasado ya mis vacaciones estivales a falta de algún día que todavía me cogeré.
He comenzado ya mi rutina viajando. En estos momentos me encuentro en Ucrania de trabajo hasta el viernes.
He pasado una semana extraordinaria después del ironman en mi casa en la playa junto con mis chicas y con mi gran amigo y referente para mi Salva Morillo y su familia. Han sido unos días perfectos de desconexión total. Me hacia falta desconectar al 100% del trabajo y de las rutinas de entrenamiento.
Me he dedicado a hacer lo que me apetecía, nadando en el mar, saliendo en bici con Salva y Rubén y hastae atreví a correr el 10.000 de Moncofar que discurre por la avenida de mi casa, por donde habitualmente entreno. Eso si, lo corrí con el carro con mi hija Daniella. Una experiencia brutal donde me divertí como un niño corriendo en casa.
Una semana en la que he dejado la dieta de lado y he vuelto a ser el rey de las barbacoas remojadas con vino tinto y que además he aprovechado para tatuarme mi cuarto ironman finisher y algo más...
A partir de ahora lo primero es recuperarme bien para retomar los entrenamientos de cara al segundo y último objetivo de la temporada que será el Ironman de Cozumel el próximo 1 de Diciembre en el que pretendo volver a batir mi marca.
En breve y en cuanto me asiente y encuentre un momento, cuelgo la crónica del Ironman de Frankfurt.
No querría desaprovechar ya esta ocasión para agradecer enormemente las montones de muestras de cariño y de ánimo que he recibido por múltiples vías de mucha gente y bastante de ella que no tengo el placer de conocer personalmente pero que esperó tener la oportunidad.
Un millón de gracias y en breve vuelvo con más detalles.
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