De vuelta al trabajo ya después de pasar unas vacaciones de Navidad en las que un año más hemos estado en casa de Salva y Esther en Mangiron, en plena sierra madrileña. Unos días estupendos en compañía de ellos y de Mónica y Silvia.
Este año hemos coincidido con Pablo y Carola también, con los que el tiempo nos ha pasado volando.
Como siempre, Salva y yo nos hemos dedicado a hacer lo que nos gusta que no es otra cosa que entrenar.
Buenas salidas de bici con un frío al que no estoy acostumbrado, con temperaturas de 0 grados. Sesión también de piscina e hidromasaje y por supuesto de running, habiendo corrido el domingo 30 la San Silvestre Trail de Pedrezuela en su primera edición.
Una carrera fabulosa, preciosa, en la que me divertí a lo bestia. 19 km con 520 metros de desnivel positivo y otros tantos de desnivel negativo. Una carrera bastante dura y de bastante dificultad para mi que no soy montañero. Me encontré bastante bien a pesar de la fatiga acumulada los últimos días y con una cierta pesadez de piernas de la bicicleta. Al final 1h35', con una parada de unos 2' en un avituallamiento por un problema con la zapatilla que me tuve que quitar y poner.
Mención especial al gran Javi, que llegó a verlas venir y aún se coloco 8o de la general. Un placer poder correr con el y con Salva.
Unos días en definitiva geniales disfrutando con la familia y amigos y desconectando de todo, aprovechando para acumular km en una gran compañía.
A partir de hoy empezamos a entrenar seriamente. Se acabó la pretemporada y es hora de empezar a entrenar específicamente para los objetivos principales que son el Ironman de Frankfurt y el de Cozumel.
Se acabó lo bueno, ahora viene...lo mejor!
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