Una semana para el Ironman de New York. Hoy he acabo el último entrene de la temporada. Han sido 3.000m. de nado en el mar con neopreno, 80 km con la SHIV y 1 hora de running a ritmo ironman.
Casi que no me puedo creer que hayan quedado atrás los contínuos, largos y extenuantes entrenamientos de toda una temporada con sus contratiempos incluidos.
El jefe este año me ha hecho currar de lo lindo siempre ajustando los entrenos a las circunstacias. Sin duda hemos trabajado mucho con la mejor intención.
Ahora ya sólo queda disfrutar del gran día. Correr un IM es algo impresionante y el hecho de estar en la línea de salida ya es un logro por todo lo que conlleva ese año de preparación. Los que lo han probado saben de lo que hablo y a los que están en duda les animo profundamente a que no se queden con la duda.
No voy a ser traidor a mis principios y reconozco que la intención es hacerlo lo mejor posible. No pienso en acabar sólamente si no en superarme a mí mismo. Al ser la primera edición de este IM no tenemos referencias del circuito y hacer cálculos aproximados se antoja casi imposible.
Lo que puedo comparar es que me siento más preparado que el año pasado pasado e intentaré rendir a más nivel durante toda la carrera si es posible.
Con el día de hoy acaba el entrenamiento propiamente dicho y mañana empezamos una bajada muy pronunciada para supercompensar el estado de forma y llegar descansado y muscularmente de forma óptima.
Hasta hoy el trabajo está hecho y creo que de forma notable, no he escatimado en esfuerzo ni un sólo día; lo que pase a partir de mañana está por ver con la certeza que de lo que de mí dependa seguirá en la misma línea que hasta hoy.
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